Posted by Eloy Santos on Sunday, March 8, 2009
"¿Por
qué me golpeas, tirano minúsculo e ínfimo?, ¿No te doy miel y leche
para tus hijos?, ¿No recibes mi leña para tu fuego, mi lluvia, mi
agua, mi tierra para tus frutos, mi perfume y mi calor?... Tú sólo me
das dolor, destrucción y sufrimiento. Has cortado mi manto de vegetales
variopintos que aterciopelaban mi piel y enjuagaban las gotas de mi
lluvia; has secado mis entrañas, sacando mi negra sangre para tus
alocados ingenios de velocidad y de muerte; has golpeado severamente mi
estabilidad gravitacional con tus petardos atómicos y has puesto en
peligro la gravitación de otras esferas próximas a mí. Has absorbido
mis mares de vida, cubriendo las aguas con un manto de sangre y
contaminación total. Has envenenado el poco aire que me quedaba para
respirar, y en oriente y occidente, en el norte y en el sur; el viento
el agua y la lluvia, trasladan las enfermedades golpeando a los
indefensos retoños. Has extinguido las especies más bellas de mi biológica
conformación, para dar gusto a tu bestialidad irracional. Has
desestabilizado las colonias microscópicas, produciendo una escala
infinita de consecuencias irreparables. Has dividido la tierra en
parcelas y has puesto al hombre en reservas, separando al rico del
pobre, al negro del blanco, al tonto del listo. Has abandonado la
contemplación de mis amaneceres y ocasos para entregarte a la guerra, a
la especulación y a la violencia. Has sembrado mis campos y mis montes
de drogas que matan a mis niños; esos que a mí me gusta sentir pisándome
y contemplándome en mi flor, en mi día y en mi noche. Has establecido
la ley de lo que debe vivir, y me has quitado el poder de
autoseleccionar, de auto limitar. Pretendes ser más vieja que yo que
cuento con millones de años. Has decidido recortarme y limitarme sin
que la supermente que me dirige pueda programar la transformación de
las formas y la integración de los dinamismos. Me has llenado de estiércol
y de abonos químicos envenenados, que convierten mi piel en un desierto
estéril. Has fabricado aparatos de muerte más destructivos que mis
terremotos, mis tormentas, mis tornados, y tu lista de muerte es una
montaña formada de dolor y de injusticia, de guerra y de odio. Has
pintado la atmósfera de negro y los niños no pueden ver las estrellas
que por la noche me visitan y me recuerdan el papel de producir para la
economía universal.
¡Querido hombre!, existen otros caminos de entendimiento entre nosotros
que tú no has comprendido. En esas sendas estoy yo, repleta de diálogo,
de comprensión, de enseñanzas, de entendimiento. Poseo la memoria genética
de ciento cincuenta billones de reacciones biológicas, físicas y químicas,
que te ofrezco y pongo a tu servicio. En mis archivos se encuentran
recopilados los fenómenos más maravillosos que ningún ojo humano haya
podido jamás escrutar. Sobre mis tierras, en mis montañas y en mis
mares, han caminado animales alucinantes, extraños e inimaginables. He
hecho crecer en mí las plantas que jamás habéis podido reproducir. Mi
cielo ha mirado durante toda mi existencia al universo que me contiene y
he podido registrar las medidas, las posiciones y las formas de los
astros, de las estrellas y de las galaxias. Mis entrañas contienen
minerales y productos energéticos que podrían llevaros a una evolución
total de vuestro patrón social y económico. Poseo la escuela de
conocimiento más vieja y sorprendente de la existencia y os ofrezco un
milagro en cada animal, en cada planta y en cada objeto o cosa que me
cubre y me forma. Mis arcanos están permanentemente abiertos a vuestra
serena y armónica contemplación y sólo necesitáis emprender las vías
de acceso. ¿Cuáles son estos senderos?... son muy sencillos de tomar,
son muy fáciles de caminar; dirígete por el de la justicia, por el de
la paz y por el del amor, y allí, en cada esquina, en cada accidente,
en cada respiración y en cada pausa, está mi amor, mi tutela, mi
conocimiento y mi infinito cuidado.
¡Hombre... hombre, no tardes! ¡Me muero poco a poco! ¡Tu arrogancia,
tu frío, tu desamor secan mis praderas, anegan mis mares y apagan el
fuego de mi aire!
¡Hombre...hombre, no tardes... !
La
Tierra somos todos, si la dañas te dañas a ti mismo
lo
envió NUEVATLANTIDA
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