Los astronautas de la NASA llegaron por primera vez a la Luna en la misión Apolo XI el 20 de julio de 1969. Eso es lo que dice la versión oficial. Cientos de pruebas, fotografías, documentos, vídeos y demás lo demuestran. A pesar de ello, los amantes de las teorías de la conspiración encuentran una multitud de partidarios de la versión contraria, los que creen que jamás hubo un ser humano que pisó la Luna.

Pero las teorías no acaban ahí. A quien dice que sí que llegaron pero lo que vieron allí fue tan “extraño” que lo mejor fue ocultarlo al público. Al parecer, era mejor rodar una simulación de la llegada para no mostrar la verdad.

A pesar de las numerosas pruebas que hemos mencionado, sigue habiendo gente que cree que esas pruebas no son concluyentes. La justificación de esta supuesta gran mentira debería ser el interés de la NASA y del Gobierno norteamericano de mostrar su superioridad en la carrera espacial frente a los soviéticos.

La NASA ha tratado de frenar las hipótesis de duda, pero lo cierto es que no lo ha conseguido. No sólo eso, algunos proyectos fracasados de la NASA para silenciar a los escépticos han dado más pie a las conjeturas incrédulas. Sin embargo, aunque estos intentos de la NASA fuesen satisfactorios, seguro que los opositores a la versión oficial encontrarían nuevos argumentos para dudar. Parece que es más una cuestión de fe que de demostración científica.

Las críticas a la versión oficial se basan, principalmente, en el análisis de ocho fotografías que llegaron de las diferentes misiones Apolo que llegaron a alunizar y tomadas por los astronautas. Los escépticos afirman, avalados supuestamente en conocimientos científicos, que las fotografías obtenidas no han podido ser obtenidas en la superficie lunar por diferentes razones. Los que apoyan a la NASA, acusan a los críticos de ignorancia. A nosotros, los profanos de la ciencia y la fotografía, no nos queda más que ver el intercambio de golpes.Estas fotografías exponen mucha luminosidad, un nivel de detalle casi perfecto, sombras supuestamente inexplicables, banderas ondeando en ausencia de viento, varias fuentes de luz sin procedencia clara, etc. Estas supuestas pruebas en contra de la teoría oficial son, en opinión de la NASA y sus expertos, fácilmente rebatidas desde un punto de vista científico. Las cámaras empleadas tenían una exposición larga, la luna refleja la luz solar creando varias fuentes de luz , las sombras son irregulares por las irregularidades del terreno, la casi ausencia de atmósfera…

Pero no sólo eso. Hay varios antiguos empleados de la NASA que afirman que la versión oficial no es la verdadera. Lo cierto es que en EE.UU. hay numerosos museos con exposiciones sobre las misiones Apolo con numerosas evidencias de rocas lunares difíciles de falsificar, en principio. Pero para los escépticos no lo es. Los cohetes despegaron, muchos lo vieron. Además, los astronautas colocaron en la superficie lunar unos espejos reflectores que, gracias a un láser emitido desde la Tierra pueda calcular con precisión la distancia de ésta a la Luna y que se puede consultar por los científicos.

La mayor prueba se supone que era la grabación que hicieron los astronautas de su alunizaje. Pero los críticos dicen que este fue un montaje. Corren por ahí los vídeos, supuestamente reales, de tomas falsas a la hora de hacer el supuesto montaje. Pero no se ha demostrado que esos vídeos sean reales ni que el original fuera falso. Lo cierto es que la NASA también ha perdido documentos con pruebas, incluidas varias horas de la cinta original.Parece ser que, como en otros casos, nos va a costar saber la verdad.

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